Repasaba hace un momento lo que escribí en febrero sobre la película que se verá este viernes en el Club, y sigo pensando lo que entonces. Quien siga viendo solo en el filme una película patriotera (como si la mayor parte de filmes bélicos no lo fuesen, más de este estilo de filme bélico) por el chiste de la bandera o por alguna cosa sobre el destino de algunos personajes que cualquiera que escribe de cine debería callarse (lo que se conoce como spoiler, y puedo asegurar que más de un profesional de la crítica lo ha hecho), allá él.
Pero si uno se centra en lo que es el último filme como director de George Clooney no se encontrará con una obra maestra, pero sí con un filme más que competente sobre el tema del expolio artístico que cometieron los nazis en la Segunda Guerra Mundial y sobre los expertos en arte que lo intentaron evitar (que Clooney se toma la licencia de centrar en un grupo de ocho cuando fueron alrededor de 300), más crítico de lo que parece con la actitud de algunos mandos aliados (las referencias a la carniceria de Montecassino y la escena de los mandos ante el descubrimiento del oro son más sangrantes de lo que parece a primera vista),, donde se agradece que el comando protagonista no haga uso de las armas en prácticamente todo el filme y si del ingenio y la perspicacia, y con un final que más allá del chiste de la bandera es más agridulce de lo que parece con un Clooney siguiendo buscando algo que nosotros sabemos que no encontrará. Destacar el excelente reparto, donde brillan especialmente Bill Murray, Bob Ballaban y John Goodman, aunque Jean Dujardin corre riesgo de encasillarse, y finalmente recomendar otro filme sobre el tema, que Clooney homenajea claramente en el personaje de Cate Blanchett y el nazi: El tren, una de las obras maestras de John Frankenheimer.
Que los socios que vayáis a ver la película lo paséis bien.
Parece ser que no se pudo poner esta película en el Club. Tranquilos, la pondremos más adelante en cuanto podamos
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